LA RESPONSABILIDAD PROFÉTICA
Respóndeme,
oh Jehová; respóndeme, para que este pueblo reconozca que Tú, oh Jehová, eres
Dios y que Tú haces volver el corazón de ellos.
1
Reyes 18:37
Debemos estar claros en que la
profecía no implica solamente hablar, ya que hemos puesto énfasis en que
nuestra alma nos informe en vez de oír la voz de Dios. Lo primero que tiene que hacer un profeta o un
pueblo profético es escuchar, después conectarse a lo que Dios está haciendo en
este tiempo y entender que no sólo se trata de
obedecer a Dios sino servirle de todo corazón conociéndolo, porque incluso
podemos llegar a servirle y no conocerlo. En sí un pueblo profético tiene que
tener una visión de restauración para traer transformación.
Una de las cosas que el Señor ha
puesto en mi corazón para tener cuidado y que está afectando a la Iglesia es el
sincretismo. Existe sincretismo emocional, político, sentimental, religioso y
espiritual. En sí el sincretismo es comprometer actitudes y posiciones para
lograr un bien común; esta palabra viene
de la Isla de Creta, la cual estaba dividida en varias tribus y allí se comenzó
a formar sincretismo porque negociaban entre ellos para combatir al enemigo
pero en sí estaban divididas. Cuando se
habla de sincretismo religioso es cuando una religión absorbe una costumbre de
otra religión, sin embargo, la Palabra dice que nadie puede servir a dos
señores. En esto debemos ser muy cuidadosos
porque podemos llegar a servir a un dios
del vientre (buscar sólo satisfacción
personal; si vivo para sólo darme gusto,
puede ser un ídolo) y si queremos volver nuestros corazones a Dios tenemos que despojarnos de todos esos
dioses que tal vez estamos sirviendo.
Gracias a Dios, Él se está
moviendo en muchos corazones de cristianos para hacernos regresar a los caminos del
Señor, porque nos quiere sacar de seguir sirviendo a nuestro vientre. Es esencial regresar a Él pero no podemos
hacerlo sin regresar a Su Palabra, a Su Revelación. La palabra revelación viene
de la palabra “apocalipsis” que significa “quitar un velo y poder ver” pero
aunque significa que veo, no necesariamente significa que acepto lo que veo,
puede ser que oiga la revelación pero no la siga. No sólo debemos buscar una revelación en
donde se sepa qué va a pasar sino tener una relación con Aquel que me puede
salvar.
En este tema, no podemos dejar de
mencionar que la venida del Señor es inminente, lo cual significa que viene en
un momento en donde nadie sabe que viene y que nadie puede detenerla. Su venida
no depende de nadie sino de Aquel que va a venir, es algo que ya está
preparado, proyectado, que nadie va a estorbar, no está bajo el control y
pensamiento de ningún hombre, no hay ninguna influencia humana de la decisión
de Su venida. Hay varias proyecciones de esa progresión y las siguientes tres
palabras se utilizan cuando hablamos de ella:
- Apocalipsis
- Epifanía
- Parusía
Apocalipsis como ya vimos anteriormente no es de destrucción sino es
de revelación, pero puedo aceptarla o rechazarla. El apocalipsis es para todos pero no todos lo
creen ya que el saber algo no precisamente nos hace parte de ese algo.
Epifanía es más fuerte, significa que cuando veo algo, recibo la
gloria de lo que recibo. Un claro
ejemplo es cuando un día descubrimos que ese Cristo del cual habíamos oído,
había muerto por nosotros y se hizo realidad en nuestras vidas, entonces
epifanía es ver la gloria de Dios.
Y
el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y contemplamos Su gloria, como
la gloria del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan
1:14
Parusía en cambio es una presencia para quedarse, no sólo son
apariciones. Ninguno sin excepción está viviendo la parusía; muchos viven en
epifanía, pero la mayoría de nosotros nos movemos únicamente en la revelación
de apocalipsis y cuando es así, ésta se puede recibir y se puede interpretar
como uno quiere, acomodarla y aplicarla a nuestra conveniencia.
Jacob
se quedó solo, y un hombre luchó con él hasta que rayaba el alba.
Génesis
32:24
En este verso podemos ver que se
presenta un apocalipsis a la vida de Jacob.
Esta revelación nos deja saber que en nuestra vida nos hemos quedado
solos y esos momentos Dios lo permite para limpiar el sincretismo que hay en
nosotros; esa clase de soledad no es diabólica ya que en este verso cuando
Jacob se quedó solo, se recordó de su niñez, de todo el proceso que había
pasado, cómo su madre comenzó a ciar sincretismo en su vida, cuidándolo de una manera no adecuada (recordemos que un
valor no se cría alcahueteando sino amando con realidad). Recordó cómo él sabía qué significaba ser
primogénito y anhelaba esos privilegios porque Rebeca se lo inculcaba y por eso
fue que llegó a robar la primogenitura. A veces hemos criado un valor sincretista
en nuestros hijos y por eso sólo encuentran valor en nuestro amor y fuera de
ese amor se encuentran desprotegidos; ellos deben entender que son hijos de
Dios y amados por Él, que Él nunca los dejará y los padres debemos entender que
nuestro amor es muy pequeño comparado con el amor de Dios. En ese momento Jacob
se da cuenta que crió dioses que estaban manejando su vida. Lo mismo pasa con
nosotros cuando nos quedamos solos, comenzamos a observar detenidamente nuestro
interior y es bueno porque allí somos confrontados y recordamos entonces que si
queremos volver a Él debemos limpiarnos de todo sincretismo personal. ¡Nadie puede servir a dos señores!
Tenemos que ir creciendo en
apocalipsis y creciendo en la Palabra, pero pedirle a Dios que se meta en nuestras
vidas y que nuestros hijos también lo saboreen, que Su Palabra nos confronte de
tal manera que nos traiga de regreso a Él, que nos despojemos de cada ídolo que
hemos formado en nuestros corazones.
Si queremos volver a Jehová, Dios
va a comenzar a darnos más revelación de apocalipsis y cuando ésta venga
tenemos que ser radicales con nosotros mismos primero. Abraham fue radical
cuando dejó su tierra y cuando ofreció en sacrificio a su hijo. Josué fue radical cuando dijo “Pero yo y mi
casa, serviremos a Jehová”. Lo que Dios
va a ser en mí, depende únicamente de la Palabra que Él habló, porque ella no
regresará hasta que cumpla todo por lo que fue enviada. Mi cambio es inminente
pero lo primero que tengo que hacer es deshacerme de dioses o ídolos para que
el Señor haga Su obra en mi vida.