sábado, 25 de mayo de 2013

Pastor Héctor Nufio



EL APOSTOLADO

Y Él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, y a otros pastores y maestros, a fin de capacitar a los santos para la Obra del Ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo, hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, hasta ser un hombre de plena madurez, hasta la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
Efesios 4:11-13


¿Por qué es tan importante entender el apostolado?

Usualmente nos movemos alrededor de conceptos teológicos culturales, nunca ha habido tanta doctrina en base a este tema como hoy en día; existe tanto individualismo y división en nuestras iglesias y es debido a que aún no hemos entendido qué es en realidad un apóstol y surge la pregunta ¿Hay apóstoles hoy en día?


El apostolado inició cuando el Señor Jesucristo llamó a sus discípulos y entre ellos escogió a doce a quienes llamó apóstoles.  Luego de este apostolado siguieron los que estuvieron en contacto con los primeros apóstoles y después del tiempo, en la Biblia sólo se llega a mencionar a diáconos y obispos.  Luego se comienzan a formar jerarquías, tuvieron que nombrar a alguien como “apóstol” y es lo que conocemos hoy en día como sucesión apostólica, según ellos se les daba la misma condición de Pedro, atribuyéndole que el Señor Jesús le dijo que él era la roca sobre la cual iba a edificar Su iglesia, esa es la traducción que utiliza la iglesia popular para manifestar esta sucesión apostólica.  En lo personal creo que es una mala traducción e interpretación para este texto; se refiere más bien a la revelación, a la Palabra.  Luego viene la Reforma que trajo muchas enseñanzas entre ellas: La salvación por fe, el acceso a la Palabra para todos y no para un grupo élite y el sacerdocio del creyente en donde todos los que creemos en Jesucristo, somos sacerdotes del Señor.  Después de esta reforma se iniciaron varios movimientos:


          - Movimiento de Autoridad
         - Confesión Positiva
          - Autoridad Profética
          - Autoridad Apostólica


Hoy en día hay diferentes grupos o extremos:


         -  Los que dicen que no hay profetas, apóstoles y dones del Espíritu Santo.
         -  Los que creen que todo es alrededor  del apóstol y el profeta y que hay nueva revelación de Escritura.


No debemos buscar ser equilibrados, sin buscar la verdad.  Elim Central cree en la existencia del Ministerio Quíntuple y en dones del Espíritu Santo, creemos que éstos junto a la revelación o iluminación, están vigentes hoy en día.  Creemos que en el Ministerio Quíntuple no hay jerarquías, y que fue dejado para la edificación de la Iglesia del Señor Jesucristo.


Para dar una interpretación clara de APÓSTOL, debemos entender el contexto. En sí, la palabra “apóstol” significa ENVIADO o EMBAJADOR. Lo peligroso de esto es que muchos en su momento fueron enviados, sin embargo se desviaron como nos advierte el Señor en la Escritura  que en los postreros tiempos vendrán falsos profetas, falsos apóstoles, falsas señales y falsos milagros.  Apostasía es no tanto salirse de la misión a la cual fuimos enviados sino que se deje de representar Aquel que nos envió. Muchos piensas que un apóstol es aquel que vemos hacer señales, pero lo importante realmente es que si éste se mantiene en la misión a la cual fue enviado o si ya apostató.  E griego, la palabra “apóstol” significa mensajero.  Pero cuando lo vemos del punto de vista de “enviado como embajador”, debemos ver el contexto en que se maneja este concepto.  Los doce apóstoles entendían que Roma enviaba a un embajador, el cual la representaba e iba al lugar determinado a advertirles a los moradores  a que se sometieran a ellos, de lo contrario vendría el rey a someterlos. Si no se sometían, mandaban una flota de barcos a amenazar y traían dominio al lugar que iban a ser enviados. Cuando invadían este lugar y lo tomaban, venían los romanos y fundaban una colonia romana que tenía intencionalidad de expandir su influencia y convertir a la gente a esa colonia. Entonces los doce apóstoles cuando fueron elegidos, entendieron este concepto, que se debían más que a la misión, al que los envió y es lo que a nosotros muchas veces se nos olvida; no se trata de usar el nombre de Jesús, sino que Él nos use a nosotros.  Muchas veces usamos el nombre de Jesús para construir nuestro propio rebaño, para hacer crecer la iglesia, para ser políticos o para hacer lo que se nos da la gana. Por eso, cuando alguien es nombrado apóstol, debemos preguntarnos ¿Cuál es la intención?  ¿Cuál es la intención de buscar una cobertura apostólica? ¿Por qué una persona busca a un apóstol? Es muy importante hacernos estas preguntas porque todos daremos cuentas de nuestra motivación para hacerlo.  Debemos de tener el mismo pensamiento que los doce apóstoles, de que si estamos en un apostolado es para cumplir lo que Dios nos mandó a hacer.   Cuando el Señor nos llama a un Ministerio no es para que tengamos amor al dinero, ni para que nos enorgullezcamos.


UN APÓSTOL TIENE QUE ESTAR BAJO LA INTENCIONALIDAD DE QUE JESÚS ES EL QUE LO ENVÍA COMO EMBAJADOR.


La palabra “embajador” es un término no diplomático sino militar.  Los apóstoles fueron enviados para predicar, echar fuera demonios y sanar a los enfermos, porque a lo suyo vino y si lo suyo no le reconoce, Él dará tiempo con los embajadores para que lo hagan.


Cuando hablamos de una FLOTA DE BARCOS, debemos comprender que un  apóstol no es nada si no trabaja con otros; Dios nos plantó en el lugar en donde estamos para ser corregidos no solamente en la forma en que hablamos sino en lo que pensamos y sentimos.  Por esto, es muy importante que entendamos lo corpóreo y el hecho de que tenemos que lidiar el uno con el otro.


A unos puso Dios en la iglesia, primero apóstoles, en segundo lugar profetas, en tercer lugar maestros; después los que hacen milagros, después los dones de sanidades, los que ayudan, los que administran, los que tienen diversidad de lenguas. ¿Acaso son todos apóstoles? ¿todos profetas? ¿todos maestros? ¿Acaso hacen todos milagros?
1 Corintios 12:28-29

Este texto no habla de jerarquías, pues no aparecen todos los ministerios, falta mencionar el ministerio de evangelista y de pastor.  Debemos comprender que El Ministerio Quíntuple es de relación; yo creo que este texto habla en sentido cronológico.


Tenemos que ir pensando que la intencionalidad de enviar a un embajador es que éste dependa no sólo de quién lo envió sino de la flota de barcos, por lo tanto el apóstol es el almirante, el que dirige, el que da dirección, es el capitán que aclara la misión a los soldados y mantiene la fidelidad de ellos, no hacia él mismo sino a Aquel quien los envió. Por eso es que la colonia es muy importante, la intención siempre debe ser edificar el Cuerpo. Un apóstol nunca debe olvidar que Dios lo puso para hacer la obra del Ministerio y que su idea siempre tiene que ser equipar a la Iglesia.


Tristemente a muchos apóstoles se les olvidó quién los envió.  Empecemos a ver qué es lo que nos une, cuál es nuestra misión y entonces nos daremos cuenta que tener un título no es lo importante. Si tenemos una descripción correcta de lo que es apóstol, podremos ver quién es falso y quién es verdadero. ¿Cuál es la señal de un apóstol? ¿El dinero? ¿El crecimiento? ¿Templos grandes?  ¿El que la gente tenga la mirada puesta en el apóstol?  Nosotros daremos cuenta de ello.


Habiendo sido edificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo Jesucristo mismo la piedra angular.
Efesios 2:20

En otras generaciones, no se dio a conocer este misterio a los hijos de los hombres, como ha sido revelado ahora a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu, a saber: que en Cristo Jesús los gentiles son coherederos, incorporados en el mismo cuerpo y copartícipes de la promesa por medio del Evangelio.
Efesios 3:5-6


Nosotros muchas veces hemos tomado este texto para decir que hay que edificar sobre el hombre, el apóstol y sobre el profeta, pero aquí está hablando de una revelación ya dada y lo que trata de decir es que somos solamente personas que debemos predicar lo que ya se enseñó.  Recordemos que en todo, tenemos que ser Cristo-céntricos y no olvidarnos que fue el Señor Jesucristo que nos envió. 

miércoles, 8 de mayo de 2013

Pastor Héctor Nufio



EL QUE TENGA OÍDO QUE OIGA
 

Una de las capacidades que tenemos como escogidos es el hecho de poder oír y recibir revelación al respecto del Señor Jesucristo y Su misión.  ¡Gloria a Dios que podemos oír la voz del Señor y del Espíritu Santo!

"El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”
Apocalipsis 2:7


En este verso podemos ver que el Señor está hablándole a una congregación donde hay doctrina verdadera y falsa, hay gente que promueve la división y gente que promueve la unidad y les enfatiza que deben aprender a escuchar.  El escuchar define nuestra elección, determina si somos hijos de Dios o no.


Por eso, como dice el Espíritu Santo: Si oís hoy Su voz, no endurezcáis vuestros corazones como en la provocación, en el día de la prueba en el desierto, donde vuestros padres me pusieron a gran prueba y vieron mis obras durante cuarenta años.
Hebreos 3:7-9


Podemos acostumbrarnos a escuchar muchas voces e incluso ruidos, pero debemos ser sensibles a la voz del Señor y comprender que cuando Dios habla, lo hace constantemente y no por eso debemos tomarlo a la ligera sino siempre expresar: “Heme aquí para hacer Tu voluntad”.  Una de las formas en que Dios nos habla es a través de Su Palabra, solamente la Escritura fue inspirada por Dios.


Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros un corazón malo de incredulidad que os aparte del Dios vivo.
Hebreos 3:12


La tentación de regresar al mundo siempre existe.  El hecho de que hayamos salido de las tinieblas e infierno no elimina la gran verdad que somos gente que por naturaleza nos llama la atención las tinieblas. Al igual que el pueblo de Israel que quería regresar a Egipto, muchas veces nos encontramos en la misma situación.  El mundo sabe esta verdad y utiliza formas para atraernos: el dinero, el ego, orgullo, etc.  


Pero con fe, no puede haber incredulidad.  La incredulidad es contagiosa, trata de destruir nuestra fe y la podemos utilizar para contaminar a otros,  endurece nuestros corazones y es allí cuando ya no escuchamos la voz de Dios y ya no le entregamos nuestra vida por completo a Él.


Debemos ser responsables en todo momento; tenemos que tener cuidado de no tener un corazón enfermo de incredulidad ya que ésta también trae amargura. Cada quien es responsable de su vida, no juzguemos al que no anda bien en los caminos del Señor, cada uno al final dará cuentas, y hay de aquel que sirva de tropiezo a otro.  Si alguien cae, tengamos misericordia y afirmémonos para no caer nosotros. Si aún no tenemos incredulidad en nuestra vida, busquemos no enfermarnos con este virus porque todos estamos propensos a poder enfermarnos. Busquemos salir aprobados en lo que tengamos que pasar.  Si suavizamos hoy nuestro corazón, oiremos al Señor y comenzaremos a entender Su propósito para nuestra vida. No endurezcamos nuestro corazón a pesar de que tengamos incredulidad por el mal testimonio que muchas veces hemos visto a nuestro alrededor.


Debemos saber que el enemigo también habla constantemente  y más cuando estamos atravesando momentos difíciles, y lo hace para poder meter incredulidad en nuestra vida, quiere que tengamos argumentos para no creerle a Dios aún cuando Él nos hable.  Pero el Espíritu Santo trae a nosotros una responsabilidad; que la incredulidad no nos límite para llevar a cabo la obra que hay que hacer. “Dios no nos entregó a un espíritu de temor, sino de poder, amor y dominio propio”. 


Pase lo que pase en nuestra vida, nunca digamos que el Señor no está con nosotros, este fue el error del pueblo de Israel cuando salieron de Egipto y tuvieron sed, comenzaron a murmurar y en pocas palabras pensaron que Jehová no estaba con ellos e hicieron amargo el corazón de Moisés, por lo que ya no entró a la tierra prometida.  No permitamos que nada haga amargo nuestro corazón. Dios ha prometido que va a estar con nosotros todos los días de nuestra vida aún hasta el fin del mundo.


“Si Dios con nosotros ¿Quién en contra de nosotros?”