miércoles, 13 de marzo de 2013

Pastor Héctor Nufio



BAJO LA MIRADA DEL SEÑOR




Todo nuestro ambiente cambia cuando nos damos cuenta que somos un REAL SACERDOCIO; nos empezamos a dar cuenta que nuestra vida no depende de lo que hicieron nuestros padres o abuelos sino que en nosotros se inicia un sacerdocio que no es solamente para aplicarlo en la iglesia sino para llevarlo al hogar.  


Una de las conciencias más grandes que debemos mantener como sacerdotes del Señor, es que estamos bajo la mirada de Dios.  Cuando venimos delante de Su presencia, no somos uno más, sino Su mirada está puesta sobre nosotros preguntándonos ¿Cómo está tu vida?  ¿Cómo vas en la misión a la que te envié? 


Como Pastor, mi misión es que el pueblo tome lo que Dios ya prometió; mi trabajo, aceptación y el hecho de que agrade a mi Padre, depende de lo que esté enseñando y que el pueblo obedezca. Como padres tenemos la misma responsabilidad.


Aconteció que cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra, les nacieron hijas. Y viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran bellas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. Entonces Jehová dijo: "No contenderá para siempre mi Espíritu con el hombre, por cuanto él es carne, y su vida será de 120 años." En aquellos días había gigantes en la tierra, y aun después, cuando se unieron los hijos de Dios con las hijas de los hombres y les nacieron hijos. Ellos eran los héroes que desde la antigüedad fueron hombres de renombre.

Génesis 6:1-4

Hay diversidad de comentarios referente a estos versos y los cuales respetamos. Pero hoy quiero llevarlos a ver otro aspecto: En el verso cuatro, cuando habla de gigantes, se refiere a gente usualmente sin autoridad encima de ellos y debido a ello, eran seres que no se acoplaban a ninguna comunidad, no podían casarse con cualquier mujer ni vivir en cualquier casa, eran muy diferentes a los demás. En nuestro tiempo, debemos ser cuidadosos en no estar criando “gigantes en nuestras casas” que significa hijos sin autoridad. Como sacerdotes debemos manifestar la autoridad que Dios nos ha dado en nuestros hogares e integrar a los nuestros a la comunidad de la cual somos parte en nuestra congregación.


Los hijos de Dios perdieron la conciencia que estaban bajo la mirada de Dios.  Todo el mundo, vivos y muertos y aún los que están por nacer, estamos bajo Su mirada pero no todos tenemos conciencia de ello. Adán es un claro ejemplo de esto, él sabía que Dios lo miraba, pero perdió esa consciencia y se dejó guiar conforme lo que sentía en su corazón.  

Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.
Génesis 6:8

Podemos interpretar este verso de diferentes formas:

-   La gente sabía que Dios miraba todo, pero para ellos no había un enfoque.  Como no tenían esa conciencia, hacían lo que ellos querían hacer.

       -  Donde Dios pone Su mirada, allí está Su presencia.  

Como sacerdotes debemos buscar hallar gracia delante de Dios.  Noé estaba consciente de que Dios lo estaba viendo y por eso era un hombre justo.  Dios nos mira no sólo en lo bueno, sino conoce todos los deseos de nuestro corazón, conoce lo que amamos, lo que no amamos, etc. 


Es muy importante regresar a esta conciencia, porque es por Su gracia y misericordia que estamos hoy de pie delante de la presencia del Señor.  El tener esa conciencia hace que la naturaleza pecaminosa que tenemos no cobre vida en nosotros y entonces podemos dominarla.  

¡Es hermoso saber que Su mirada está fija en nosotros y podemos presentarnos delante de Él con agradecimiento!