BAJO
LA MIRADA DEL SEÑOR
Todo nuestro ambiente cambia
cuando nos damos cuenta que somos un REAL SACERDOCIO; nos empezamos a dar
cuenta que nuestra vida no depende de lo que hicieron nuestros padres o abuelos
sino que en nosotros se inicia un sacerdocio que no es solamente para aplicarlo
en la iglesia sino para llevarlo al hogar.
Una de las conciencias más
grandes que debemos mantener como sacerdotes del Señor, es que estamos bajo la
mirada de Dios. Cuando venimos delante
de Su presencia, no somos uno más, sino Su mirada está puesta sobre nosotros
preguntándonos ¿Cómo está tu vida? ¿Cómo
vas en la misión a la que te envié?
Como Pastor, mi misión es que el
pueblo tome lo que Dios ya prometió; mi trabajo, aceptación y el hecho de que
agrade a mi Padre, depende de lo que esté enseñando y que el pueblo obedezca. Como
padres tenemos la misma responsabilidad.
Aconteció que
cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra, les
nacieron hijas. Y viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran
bellas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. Entonces Jehová dijo: "No
contenderá para siempre mi Espíritu con el hombre, por cuanto él es carne, y su
vida será de 120 años." En aquellos días había gigantes en la tierra, y
aun después, cuando se unieron los hijos de Dios con las hijas de los hombres y
les nacieron hijos. Ellos eran los héroes que desde la antigüedad fueron
hombres de renombre.
Génesis 6:1-4
Hay diversidad de comentarios referente
a estos versos y los cuales respetamos. Pero hoy quiero llevarlos a ver otro
aspecto: En el verso cuatro, cuando habla de gigantes, se refiere a gente
usualmente sin autoridad encima de ellos y debido a ello, eran seres que no se
acoplaban a ninguna comunidad, no podían casarse con cualquier mujer ni vivir
en cualquier casa, eran muy diferentes a los demás. En nuestro tiempo, debemos
ser cuidadosos en no estar criando “gigantes en nuestras casas” que significa
hijos sin autoridad. Como sacerdotes debemos manifestar la autoridad que Dios
nos ha dado en nuestros hogares e integrar a los nuestros a la comunidad de la
cual somos parte en nuestra congregación.
Los hijos de Dios perdieron la
conciencia que estaban bajo la mirada de Dios.
Todo el mundo, vivos y muertos y aún los que están por nacer, estamos
bajo Su mirada pero no todos tenemos conciencia de ello. Adán es un claro
ejemplo de esto, él sabía que Dios lo miraba, pero perdió esa consciencia y se dejó
guiar conforme lo que sentía en su corazón.
Pero Noé halló
gracia ante los ojos de Jehová.
Génesis 6:8
Podemos interpretar este verso de
diferentes formas:
- Donde
Dios pone Su mirada, allí está Su presencia.
Como sacerdotes debemos buscar
hallar gracia delante de Dios. Noé
estaba consciente de que Dios lo estaba viendo y por eso era un hombre justo. Dios nos mira no sólo en lo bueno, sino conoce
todos los deseos de nuestro corazón, conoce lo que amamos, lo que no amamos,
etc.
Es muy importante regresar a esta
conciencia, porque es por Su gracia y misericordia que estamos hoy de pie delante
de la presencia del Señor. El tener esa
conciencia hace que la naturaleza pecaminosa que tenemos no cobre vida en nosotros
y entonces podemos dominarla.
¡Es hermoso saber que Su mirada está fija en nosotros y
podemos presentarnos delante de Él con agradecimiento!