EL PODER DEL AMOR
"Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará al otro, o se dedicará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
Mateo 6:24
Su Palabra lo dice claramente: No
podemos estar bajo las leyes de dos señores, si amo a otro señor, le daré la
espalda a Jesucristo.
Cuando hablamos de “amor”, este
término trae libertad y nos aclara el camino que tenemos que seguir. Dios nos ama porque:
- Su naturaleza es amor
- Tomó una función
- Lo selló con un Pacto
Su Palabra dice que con amor
eterno nos ha amado. Al igual que Él tenemos la naturaleza de amar y debemos
ser cuidadosos en no amar al mundo. Por mucho tiempo se ha enseñado que existen
tres clases de amor: “ágape, fileos y eros”, sin embargo la Biblia menciona en
griego únicamente dos palabras: “ágape y fileos”.
El amor fileo es de tiempo, ama
hasta que ya no le gusta, ama hasta que le hacen algo malo, es un amor que se
va desvaneciendo. El amor “agapao” no le
importa lo que suceda, siempre está allí y también ata. Mi naturaleza tiene que ser la de amor agapao
a Dios.
No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre
no está en él.
1 Juan 2:15
En este verso, la palabra “amor”
se refiere al amor agapao. Lo peligroso es que puedo amar al mundo como amo a
Dios porque este amor ata a la misión y al compromiso del que se ama, por eso el Señor nos mandó a que no amemos al
mundo de esta manera, vivamos y triunfemos en el mundo pero que nuestro amor
agapao esté sólo en el Señor.
Ya que la naturaleza de Dios es
amor y nosotros somos hechos a Su imagen, todos nos enamoramos, esa es nuestra
naturaleza, pero la diferencia es que hemos tomado la misión de ser luz y somos
gente de pacto porque nos dio como sello al Espíritu Santo de Dios, y al
hacerlo se comprometió con nosotros. Su
función es como Creador, como Padre hacia nosotros y todo lo selló con el pacto
que hizo con nosotros a través del sacrificio de Su Hijo en la Cruz del
Calvario ya que esta es la mayor manifestación de amor. Jesucristo dio su vida
por nosotros, a favor de nosotros y en
lugar de nosotros.
Si yo hablo en lenguas de hombres y de ángeles, pero no
tengo amor, vengo a ser como bronce que resuena o un címbalo que retiñe.
1 Corintios 13:1
Es muy curioso, que el Apóstol
Pablo quien escribió esta carta, lo hizo para hermanos que vivían en Corinto,
que era el punto de reunión de Afrodita, la diosa del amor. Cuando los corintios la adoraban tenían una
prostitución divina, en ellos había una conciencia de qué era lo mundano y el
satisfacerse a uno mismo; eso era lo que buscaban.
El ambiente de Corinto era muy
similar a nuestro tiempo, ellos andaban buscando modas y comenzó a haber
división dentro de la iglesia porque cada quien había tomado a alguien diferente
como su cobertura.
Me refiero a que uno de vosotros está diciendo: "Yo
soy de Pablo," otro "yo de Apolos," otro "yo de Pedro"
y otro "yo de Cristo".
1 Corintios 1:12
Sin embargo no hablamos de servir
a un ministro o a una iglesia, el problema es cuando la gente comienza a ver de
menos a los demás porque no son de su iglesia o porque no tienen la misma
cobertura. Pablo entonces ya con frustración escribe esta carta:
Si tengo profecía y entiendo todos los misterios y todo
conocimiento; y si tengo toda la fe, de tal manera que traslade los montes,
pero no tengo amor, nada soy.
1 Corintios 13:2
Este verso, nos cambia de una
manera significativa la idea que tenemos de profetizar, va más allá, habla de
conocer misterios, tener conocimiento.
Si reparto todos mis bienes, y si entrego mi cuerpo para
ser quemado, pero no tengo amor, de nada me sirve.
1 Corintios 13:3
Para nosotros es fácil entender
que tenemos que hacer todo eso, pero debemos hacerlo con amor tomando en cuenta
que el amor no es un ingrediente para agregar, sino es la base o fundamento
para hacer todo. No es un amor
sentimental sino un amor de naturaleza, de función y de pacto. No debemos amar
con enojo ni frustración, de hacerlo así, se convierte en añadidura y no fuimos
creados para maldecir o para guardar rencor. ¡Busquemos la naturaleza del amor!
Si no estoy en mi naturaleza, en
mi función y en mi pacto con mi familia, vengo a ser como címbalo que hace ruido. En la casa debemos corregir pero en la base
del amor, en la naturaleza de éste, en su función y en la base de su
pacto. Por naturaleza amamos, por
nuestra función somos padres y por el pacto es que somos una familia. Con este
entendimiento debemos penetrar en el reino de las tinieblas y arrebatar a los
nuestro para Dios porque el poder de lo que hago con mis hijos, está en el amor
que tengo hacia ellos.
De qué nos sirve una iglesia
inmensa o un conocimiento inmenso si no tengo amor, nada somos. Uno de los
temores más grandes en el post-modernismo es que tenemos que ser alguien en
este mundo, pero la única forma de ser alguien es teniendo amor. Que nos quede claro que no podemos eliminar
el amor de nuestras vidas y que la cantidad que demos no es lo importante, sino
el hacerlo con amor.